12- ENTREVISTA A ENRIQUE MIRANDA
LA HISTOR DE UN MISTER ESPAÑA CON LOS PIES EN EL SUELO
Y cerramos nuestro primer número con un padrino de lujo. Hablamos de Míster España 1997, Enrique Miranda. Hemos tenido la suerte de que compartiera sus vivencias con nosotros alguien que fue durante años embajador español de la moda en Europa durante la época dorada del certamen. Esta es la experiencia de un joven que decide cambiar su rumbo para vivir del sector de la moda entre finales de los 90 y gran parte de la década de los 2000. Todo un broche de oro para nosotros.
2DAB – ¿Qué se le pasa por la cabeza a un ingeniero con 25 años y con todo su futuro profesional orientado al sector naval, para que de repente aparque todo esto y se dedique al mundo de la moda?
Enrique Por la cabeza se me pasó sobre todo la curiosidad de probar en un terreno que en esa época, la década de los 90, tenía mucha seducción, que era el concurso de Míster España. Yo había conocido a las personas que llevaban la de- legación del concurso en Cádiz y me animaron a participar en el concurso provincial alegando que tenía posibilidades, así que junto con mi amigo Blas decido presentarme, un poco mezcla entre curiosidad y casualidad.
En el momento en que me eligen Míster Cádiz, mayo del 97, ya sabes que entras en una rueda que te va conduciendo por el camino de los certámenes. Al mes siguiente consigo el título de Míster Andalucía y automáticamente pasabas a la final entre comunidades para Míster España, coincidiendo todo al final de la carrera de Ingeniería en la Universidad de Cádiz. El 12 de julio me eligen Míster España y a partir de ahí me llevan a Madrid, me organizan la agenda, y es verdad que económicamente me sustentan de una manera que puedes decir “voy a seguir alimentando esa curiosidad hasta que yo sepa salir antes de que me echen”.
P – Pasas en apenas dos meses de ser un desconocido a ser Míster España, ¿Cómo cambia tu vida dicho título? ¿qué suponía ser Míster España?
R El certamen en sí ha cambiado mucho, hay que decir que los 90 fue la edad de oro de ese certamen, que estaba muy asociado a la popularidad a través de las televisiones privadas, sobre todo Telecinco, que tenía los derechos de emisión de una gala que era la más vista de todo el año.
Eran productos televisivos pero que a la vez te servían de escaparate hacia las personas que llevaban en España todo lo referente a la moda, el cine, digamos que los distintos ámbitos artísticos.
Todo cambia radicalmente, yo que había hecho algunos desfiles a nivel aficionado cobrando algo muy simbólico, pues de repente siendo la misma persona, con ese título te venden por unas cifras muy altas, te haces muy popular. De este certamen han salido chicas y chicos como Esther Arroyo, Raquel Revuelta, Remedios Cervantes, Jorge Fernández, Eva González, alcanzando cierta imagen de prestigio.
Luego ya el concurso se desvirtuó hasta desaparecer. Pasé de viajar en autobús con algunos amigos a viajar en avión en primera clase, hay que tener los pies muy bien asentados para no creerse nada.
P – ¿Recibes antes o después algún tipo de formación para desempeñar esta función?
R No, realmente no, piensa que el hombre no tiene tanta dificultad a la hora de desempeñar su trabajo porque la prenda no suele ser complicada de llevar, el diseñador, el propio estilista o el director de arte te iba marcando las pautas. Una vez que te ponías la ropa, se trataba de caminar siendo tú y el posado era muy natural.
P – ¿Qué te hubiese gustado saber antes de empezar en este sector?
R Hombre me hubiera gustado saberlo todo, saber cómo funciona el negocio, saber qué es lo importante, quieras que no te facilita mucho las cosas. Pero bueno en la aventura de descubrirlo está el encanto, de ir creciendo como persona y como profesional. En ese caminar, está claro, que se cometen errores pero el balance para mí es positivo, es una experiencia muy bonita.
P – ¿En qué crees que debe centrar su formación un modelo profesional?
R Yo creo que debe centrarse en un camino, en una imagen, en unos ojos y una cara que es para lo que está más adecuado por su look, por su estilo y sus características morfológicas. No tratar de dar una imagen que no es tuya. En la moda hay modelos más clásicos por su imagen, más vanguardistas, más contemporáneos, más raros y pueden tener todos un mercado muy interesante. Tienes que dejarte asesorar muy bien por los profesionales que dominan el negocio para que conozcas cuáles son tus herramientas y no pretender ser lo que no eres. Esto evitará que cometas locuras, por ejemplo con tu alimentación y tener una excesiva presión añadida. Si tienes una imagen que es ideal para Armani es imposible que lo sea para Dolce Gabbana. Cada diseñador busca la imagen que quiere y la tienes o no, y si no la tienes no pasa nada ya habrá otro profesional para el que vaya bien esa imagen tuya. Es importante no obsesionarse.
P – ¿Qué cualidades debe tener un modelo si quiere vivir de esto?
R Depende mucho de las tendencias pero sobre todo tener unas características físicas que sean capaces de seducir a la cámara, a las personas que estén viendo esa editorial, provocar atracción al producto final que es el espectador que es el que va a comprar ese traje o ese vestido, va a consumir ese look, va a utilizar ese perfume o esa cosmética para la que tu imagen está siendo utilizada.
P – ¿Y un fotógrafo?
R Un fotógrafo es diferente, debe tener muy buena formación, conocer el oficio bien, dominar mucho la física de luz y saber extraer diamantes del barro. Debe ser capaz de sacar de la nada, de la oscuridad, de un fondo negro, usando la luz, conseguir seducir al espectador con una imagen brillante. Además de todo esto debe tener unas dosis de talento suficiente como para captar el momento.
P – Con la experiencia de todo lo que has vivido ¿qué cambiarías de esta industria si estuviera en tu mano?
R Eso es complicado porque precisamente la moda se sustenta en el cambio. La moda es una industria que se tiene que reinventar constantemente, son vueltas a la rueda y volver a vivir porque hay que sostenerla, hay que mantenerla. Las tendencias, los estilos van y vienen, se trata de encontrar esa vuelta de tuerca que permita que la moda siga siendo fuente de dinamización de economía y de profesionales.
Tú tienes que saber adaptarte a la moda porque lo contrario es chocarse contra un muro, porque en sí es muy cambiante, es demasiado dinámica como para pretender cambiar nada. Eso ya lo hacen los estilistas, diseñadores o fotógrafos del mundo que son cuatro al final y que son los que deciden que se lleva en cada momento.
P – ¿Con qué te quedas después de todos estos años dedicado al modelaje?
R Me quedo con todo lo vivido y todo lo que he visto, con los países en que he vivido, con los idiomas que he aprendido, con las amistades que tengo la suerte incluso de mantener después de 20 años. La experiencia personal es realmente lo más importante al final.
P- ¿Alguna recomendación para la gente que comienza en este bendito mundo?
R Que se dejen guiar por las personas que saben sin pretender saber más que ellos, que sigan trabajando sin obsesionarse porque puede que alguien no apueste por tí y la siguiente sí y triunfes. Y si llega el momento en que no funciona o se llega hasta donde se llega, saber salir antes de que te echen.
La vida es muy bonita y hay muchas cosas que hacer, no sólo esto.